Buenas tardes #opocompis 😃!
¿Qué tal os ha ido la semana?
Desde que empecé con el horario de verano, que expliqué en el post sobre COMO ME PLANTEO EL VERANO, muchas personas por instagram me dijeron que les comentara como me iba con los madrugones y si realmente me daba resultado o me compensaban. Pues bien, hoy el post va precisamente de cómo me estoy con este nuevo ritmo de vida.
Como ha he dicho en alguna ocasión por aquí, para crear un hábito es necesario hacer lo mismo durante mínimo 21 días. Es por ese motivo que he tardado tanto en publicar este post, quería realmente tomarme mis 21 días de adaptación.
Reconozco que el primer día que empecé con este horario, estaba super motivada y no me costó nada madrugar. Sin embargo, el siguiente día ya no ocurrió lo mismo, ni el siguiente, ni el siguiente, ni el siguiente. Madrugar a la hora que tenía programada empezó a costarme un montón, aun así madrugaba pero menos. Es decir, tenía programado levantarme a las 5 de la mañana, y no conseguía levantarme a esa hora. Nunca me levantaba más tarde de las 7.30h pero para mí no era suficiente, porque no quería "romper" con la idea que tenía de tardes libres en la cabeza, ya que levantándome a las 5, mi planning era el siguiente:
¿Me compensa este sacrificio? A mí personalmente, sí 😊. Luego la tarde la dedico a lo que me apetece, puedo hacer un poco de vida, y sobre todo los vecinos no hacen ruido y no tengo que estudiar mientras los pájaros fuera se caen del calor.
Este horario también me está gustando en el sentido de que noto más tranquila y menos apurada. Quizás, porque sé que aún tengo toda la tarde por delante si necesito ampliar horas de estudio. No sé, si me explico bien, pero tener ese tiempo me permite no estar tan agobiada si no me ha dado tiempo estudiar lo que tengo programado, durante la mañana.
Esto, de ampliar unas cuantas horas más, solo me ha pasado en un par de ocasiones interrumpir la mañana. Pero de normal nunca lo hago. Me he dado cuenta que rindo bastante bien a esas horas de la mañana, a pesar de haber madrugado, aunque no me pasa lo mismo después de desayunar, porque me empieza a dar el sueño. Al estudiar en casa, lo que hacía era poner a estudiar de pie y así evitaba dormirme.
Con la llegada de mis sobrinos, hace hoy una semana escasa, pensé que la cosa iba a cambiar sin embargo y para mi sorpresa, he conseguido mantener el ritmo. Para ello, lo que he cambiado es el sitio de estudio. La primera parte del turno de mañana sí que lo hago en el #opozulo, pero después de desayunar me voy a la biblioteca aprovechando que mi madre está de vacaciones. A pesar del buen ritmo, no todos los días me daba tiempo a verme todo lo que tenía programado, sobre todo en cuanto al tema de repaso que establecía, pero bueno espero que el resto del verano hasta que coja vacaciones, sea por lo menos igual de bueno que hasta ahora 😏.
En definitiva y a modo de resumen:
Los pros ganan, así que me compensa con creces. Ya que al final repercute en mi salud. Y tal y como se dice "lo que algo quiere, algo le cuesta". Sigo a tope de motivación y por eso, mi fuerza de voluntad me permite cumplir con este horario.
Y con esto lo dejamos por hoy. Espero que os haya gustado. Cualquier duda que tengáis estaré encantada en resolvérosla. Espero vuestros comentarios.
Como ha he dicho en alguna ocasión por aquí, para crear un hábito es necesario hacer lo mismo durante mínimo 21 días. Es por ese motivo que he tardado tanto en publicar este post, quería realmente tomarme mis 21 días de adaptación.
Reconozco que el primer día que empecé con este horario, estaba super motivada y no me costó nada madrugar. Sin embargo, el siguiente día ya no ocurrió lo mismo, ni el siguiente, ni el siguiente, ni el siguiente. Madrugar a la hora que tenía programada empezó a costarme un montón, aun así madrugaba pero menos. Es decir, tenía programado levantarme a las 5 de la mañana, y no conseguía levantarme a esa hora. Nunca me levantaba más tarde de las 7.30h pero para mí no era suficiente, porque no quería "romper" con la idea que tenía de tardes libres en la cabeza, ya que levantándome a las 5, mi planning era el siguiente:
- Primer turno de mañana: 5 a 9h (4 horas).
- Desayuno: 9 a 10h
- Segundo turno de mañana: 10 a 14.00h (4 horas).
La idea era buena, o ¿no? Estudiaba intensivo por la mañana y después de comer tenía toda la tarde libre, para hace o no hacer nada, depende del día. Y tener esa idea, y que al final se chafe por no poder madrugar, me frustraba bastante y no me permitía avanzar.
Además, todo ello pretendía hacerlo acostándome a dormir a la hora de siempre. Sobre las 23.00 - 00.00h y quizás eso era que lo que no me permitió adaptarme desde la primera semana. Porque únicamente dormía 5 o 6 horas, y esas para mí no son suficientes para levantarme con energía. Es cierto, que había días que dormía siesta, pero eso tampoco me ayudaba, ya que perdía la tarde durmiendo, estando cansada y aún por encima, como me extendiera en la siesta luego por la noche dormir me costaba más. Vamos era totalmente un bucle, en el que había que cambiar algunas cosas para que funcionara.
Cuando me dí cuenta de cuál era el "problema", de mi falta de energía y adaptación tome una determinación. Tenía que cambiar los hábitos de mi día. ¿Cómo? Pues bien:
- Si para estar lo suficientemente descansada necesito mínimo 7h de sueño y me levantó a las 5.00h: tengo que estar en cama como muy tarde a las 9.30h. Es cierto que no siempre lo cumplo, pero como tarde a las 22.00h estoy sí o sí en cama.
- Si para poder descansar bien necesito hacer ejercicio, me programé ir al gym antes aunque fuera menos tiempo de lo habitual, darlo todo en ese tiempo y cansarme. Ahora, los días que voy, voy a las 19.00 y estoy una hora, hora y media como mucho. Así tampoco pierdo el hábito.
¿Me compensa este sacrificio? A mí personalmente, sí 😊. Luego la tarde la dedico a lo que me apetece, puedo hacer un poco de vida, y sobre todo los vecinos no hacen ruido y no tengo que estudiar mientras los pájaros fuera se caen del calor.
Este horario también me está gustando en el sentido de que noto más tranquila y menos apurada. Quizás, porque sé que aún tengo toda la tarde por delante si necesito ampliar horas de estudio. No sé, si me explico bien, pero tener ese tiempo me permite no estar tan agobiada si no me ha dado tiempo estudiar lo que tengo programado, durante la mañana.
Esto, de ampliar unas cuantas horas más, solo me ha pasado en un par de ocasiones interrumpir la mañana. Pero de normal nunca lo hago. Me he dado cuenta que rindo bastante bien a esas horas de la mañana, a pesar de haber madrugado, aunque no me pasa lo mismo después de desayunar, porque me empieza a dar el sueño. Al estudiar en casa, lo que hacía era poner a estudiar de pie y así evitaba dormirme.
Con la llegada de mis sobrinos, hace hoy una semana escasa, pensé que la cosa iba a cambiar sin embargo y para mi sorpresa, he conseguido mantener el ritmo. Para ello, lo que he cambiado es el sitio de estudio. La primera parte del turno de mañana sí que lo hago en el #opozulo, pero después de desayunar me voy a la biblioteca aprovechando que mi madre está de vacaciones. A pesar del buen ritmo, no todos los días me daba tiempo a verme todo lo que tenía programado, sobre todo en cuanto al tema de repaso que establecía, pero bueno espero que el resto del verano hasta que coja vacaciones, sea por lo menos igual de bueno que hasta ahora 😏.
En definitiva y a modo de resumen:
PROS
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CONTRAS
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Menos ruido
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Menos calor
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Más tranquilidad
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Mayor concentración
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Menos distracciones
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Tener vida social diurna
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TARDE LIBRE
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Los pros ganan, así que me compensa con creces. Ya que al final repercute en mi salud. Y tal y como se dice "lo que algo quiere, algo le cuesta". Sigo a tope de motivación y por eso, mi fuerza de voluntad me permite cumplir con este horario.
Y con esto lo dejamos por hoy. Espero que os haya gustado. Cualquier duda que tengáis estaré encantada en resolvérosla. Espero vuestros comentarios.
Nos leemos la próxima semana.
Carmen.
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