Buenas tardes #opocompis 😃!
¿Qué tal os ha ido la semana?
Seguro que muchos de vosotrxs habéis escuchado el término procrastinar en alguna ocasión y sabéis más o menos de que puedo hablar hoy. Para aquellos que no lo sepan, PROCRASTINAR es según la RAE diferir o aplazar. Esto aplicado a estudio significa:
Posponer o aplazar tareas, deberes y responsabilidades que requieren nuestra atención por otras actividades que nos resultan más gratificantes pero que son irrelevantes. Procrastinar es una forma de evadir, usando otras actividades como refugio para no enfrentar una responsabilidad, una acción o una decisión que debemos tomar.
Aunque también podríamos entenderlo como el vaguear de toda la vida. Un episodio de estas características viví yo hace poco y recientemente me ha vuelto a pasar. Justamente el primer día que me ocurrió publiqué lo siguiente en mis redes sociales:
Tal y como describí en la foto, eso era lo que sentía. Ganas de estudiar exactamente no tenía ningunas. Pero por otra parte sabía que sí o sí tenía que hacerlo. Pues eso mismo me pasó un viertes y ese día me toca cante. Mi mañana transcurrió de la forma siguiente:
Me desperté, desayune, me vestí, fui a llevar a mi sobrina al colegio y a la vuelta me tocaba empezar con el repaso. Pero ese día, las cosas no fueron así. Llegue a casa, y me notaba desganada a la par que cansada, tenía un montón de sueño. De hecho, aun habiendo desayunado no hacía mucho, me dio un ataque de querer comer algo, que normalmente no me da y menos a esa hora. Intenté calmar la ansiedad comiendo algo y me puse al lío.
Eso no funcionó. Aún así lo intenté, me senté en mi silla de repaso con el tema delante e intenté hacer memoria. La cosa no iba. No había manera.
Me levanté, me fui a la cocina, me hice una infusión. Y allí estuve, esperando a que hirviera el agua mientras miraba el típico programa chorra de las mañana en la tele. El tiempo pasaba, era consciente. Sabía que cada vez se acercaba más la hora de marchar. Pero sin embargo, las ganas no venían y no había manera.
Luego, me dio un antojo. Bajé al super a por algo dulce que el cuerpo me lo pedía. Bueno, eso de que el cuerpo te lo pide, es totalmente mentira. Más bien, es la cabeza. Necesita sentir algo de placer y el azúcar es la ostia.
Subí, me lo comí. Y aun así nada. Que no quería estudiar. Así que decidí tumbarme en el sofá y ver una película. Tampoco la vi. Me quedé dormida.
Y dormí una buena hora, justamente me quedé dormida un poco antes de la hora de comer y como ya me había atiborrado toda la mañana, ni siquiera comí. Seguí durmiendo.
Cuando me desperté, eran las 15.30 tenía una hora para repasarme los temas que me tocaba llevar al cante. Y con lo fresca que estaba después de haber dormido a pierna suelta, no me vais a creer, pero conseguí repasarlos todos, cambiarme, coger el coche y llegar a la academia.
No estaba nerviosa ni nada, normalmente suelo estarlo, pero en esta ocasión no estaba nada preocupada. Dormir me había sentado de maravilla. Me senté. El preparador me dijo el tema que cantaría de los que llevaba. Me perdí en dos ocasiones, sin embargo, al acabar sus palabras fueron: "el tema muy bien, han sido 14 minutos, está bien, para lo feo que es el tema lo has explicado muy bien".
Cuando salí no me lo creía la verdad, había hecho nada durante toda la mañana y fui al cante más tranquila que cuando sé que me lo sé y aún por encima me salió bien y todo. Soy la hostia 😔. Si hubiera aprovechado mejor la mañana hubiera salido perfecto. Pero bueno ese día no tocaba aprovechar la mañana.
Tenía que haber escuchado a mi cuerpo, y en lugar de intentar ponerme a repasar, lo que tenía que haber hecho era echarme a dormir después de llevar a mi sobrina al colegio. Seguramente, luego estaría mucho más fresca y la nevera de mi casa no hubiera andado a mil. ¿Alguno de vosotros os ha pasado algo similar?
Leyendo sobre la procrastinación, aconsejan entre otras cosas:
Dejar pasar el tiempo. Una de las razones por las que se suele defender la procrastinación es, precisamente, porque en muchas ocasiones cuando nos vemos con poco tiempo para hacer una determinada tarea, es cuando mejor la hacemos o completamos. Por ello, la presión adicional que añade tener el tiempo limitado puede ayudarnos a enfocarnos y a priorizar mejor sobre lo que debemos hacer.
Y eso fue lo que hice yo. Deje pasar el tiempo. Y al final me resultó positivo.
Y con esto lo dejamos por hoy 😊. Espero que os haya gustado. Cualquier duda que tengáis estaré encantada en resolvérosla. Espero vuestros comentarios. ¡Muuuuuuuchos besos 💚!
Nos leemos la próxima semana.
Carmen.
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