Buenas tardes #opocompis 😃!
¿Qué tal os ha ido la semana?
He de decir en mi contra, que yo en ningún momento he sido una estudiante de 10 ni he querido serlo. Ni en el instituto ni en la universidad. De hecho, acabe en Relaciones Laborales de rebote, pues era mi tercera opción tras hacer selectividad. Una selectividad, que apenas sabía para que valía, porque no sabía que quería estudiar. De hecho, apenas me esforcé. Y mi nota fue el reflejo de esa ausencia de esfuerzo. Creo que saqué un 5 y algo, vamos una mierda.
Superada esa etapa y ya en la
universidad, como he dicho en RRLL de rebote y siendo mi tercera opción en la matrícula (no queráis saber cuáles eran las dos primeras, bueno la primera sí, derecho pero la segunda...jajaja no se en que momento 😓). Lo dicho, ya en la universidad, etapa que imaginas como en las películas americanas todo alegría, fiesta, nuevos amigos..., pero nada más lejos de la realidad.
Mis primeros años de universidad, no sabía ni que estaba haciendo ahí, ni que era lo que estaba estudiando, ni mucho menos para que valía. En mi caso, que creo en el destino, hice esa carrera por algo. Y ahora haciendo memoria, lo creo más que nunca. Sin embargo en aquel momento no tenía ningún sentido para mi.
Mis primeros años de universidad, no sabía ni que estaba haciendo ahí, ni que era lo que estaba estudiando, ni mucho menos para que valía. En mi caso, que creo en el destino, hice esa carrera por algo. Y ahora haciendo memoria, lo creo más que nunca. Sin embargo en aquel momento no tenía ningún sentido para mi.
Mi primer año suspendí una
asignatura. Aunque sinceramente, no sé por qué no suspendí más. Eso sí, cincos
saque por un tubo. Creo que únicamente supere el 5 en cuatro o cinco
asignaturas de las nueve que tenía. No
me lo estaba tomando enserio, sabía que tenía que estudiar que esa era mi obligacion pero no había la más minim motivación. Aunque lo peor,
fue segundo año, me quedaron cuatro
creo, ya no lo recuerdo bien, y obviamente no de las más fáciles la verdad
(contabilidad II; técnicas de investigación; dirección estratégica; derecho
administrativo). Ese verano estudiando fue donde me cambio el chip. No sé por
qué, ni cómo pero me puse las pilas y me dije a mi misma "si estamos estamos, no vamos a perder el tiempo".
En ese momento, empecé una
competición conmigo misma. Donde un examen suspenso era un auténtico fracaso y
así lo sentía. Y me sentía muy mal. Me
daba rabia, porque sabía perfectamente que si me hubiera esforzado más lo
hubiera conseguido. A veces es bueno que pase. Te ayuda a darte cuenta que todo
esfuerzo es poco, siempre hay que dar algo más. Eso es lo que quizás, de
manera inconsciente, provoca que me
exija bastante hoy en días.
Creo que esas pilas se cargaron, porque realmente empezaba a descubrir que lo que estaba estudiando me gustaba y me gustaba mucho. Quizás porque empecé a conocer profesores que con el paso de los años acabé admirando, o porque las asignaturas dejaban de ser, de un modo, tan abstractas y empezábamos a ver la chicha. No sé. Quizás fue eso o no. No lo sé. Lo que sí sé es que no puedo estar más contenta de haber estudiado, lo que he estudiado. Me ha ayudado, a identificar que quiero ser en la vida, cuáles son mis aspiraciones y he conocido gente increíble, tanto compañeros que ahora son amigos, como profesores y profesionales.
Ese chute de energía, cambio de
chip, carga de pilas o como queráis llamarlo, supe mantenerlo los otros dos años del grado. El tercer año conseguí
que no hubiera ningún cinco en mis calificaciones y que únicamente me quedara
una asignatura y no porque no hubiera estudiado sino porque era una de esas asignaturas coñazo que dejas un poco de lado para poder conseguir sacar las más complejas.
A esas alturas del grado para mí fue todo un logro, después de las cuatro del año anterior. Eso no fue todo. Seguí esforzándome, siendo constante lo que supuso que en cuarto aprobará todo e incluso sacara una matrícula de honor. Mi primera matrícula de honor. Guau. Para mí, fue toda una emoción. No me lo creía. Pero era normal, nunca había tenido ninguna ni se me pasaba por la cabeza que pudiera conseguir alguna. Y mucho menos en el año más difícil de la carrera, donde me tuve que enfrentar a mi primer y único examen oral.
A esas alturas del grado para mí fue todo un logro, después de las cuatro del año anterior. Eso no fue todo. Seguí esforzándome, siendo constante lo que supuso que en cuarto aprobará todo e incluso sacara una matrícula de honor. Mi primera matrícula de honor. Guau. Para mí, fue toda una emoción. No me lo creía. Pero era normal, nunca había tenido ninguna ni se me pasaba por la cabeza que pudiera conseguir alguna. Y mucho menos en el año más difícil de la carrera, donde me tuve que enfrentar a mi primer y único examen oral.
Por cierto, llamadlo
casualidad, pero el profesor que me puso mi única matricula es actualmente mi preparador.
Posteriormente, hice un master en
la misma universidad y en la misma facultad. Donde ya conocía a muchos de los
profesores que lo impartían, porque me habían dado clase. Y el cual no me costó ningún tipo de esfuerzo
sacar. De hecho ese año, trabajaba y estudiaba al mismo tiempo. Y estudiar,
estudiar lo que se dice estudiar, no
estudiaba casi. Pero bueno, era normal, todo lo que dí en el
master ya lo había visto en la carrera.
Lo único para lo que me valió fue para conocer gente increíble y grandes profesionales.
Entre ellos, a los inspectores de trabajo de mi provincia. Uno de ellos, en concreto fue la primera
persona que me animó a preparar estas
oposiciones.Y con ello me quedo, además de las prácticas profesionales
increíbles donde conocí la realidad y muchos de los problemas laborales, fui a juicios hasta
aburrirme (bueno no me importaría seguir yendo 😊), vi conciliaciones tanto judiciales como en el SMAC, mesas de
negociación, conocí jueces, secretarios judiciales, funcionarios agradables y
no tanto, abogados, graduados sociales…acabadas estas prácticas me deje llevar un poco por las oportunidades que se me presentaron en el camino, hasta empecé a trabajar, pero por unas cosas o por otras dejé le trabajo, más que dejarlo, no renové porque no me llenaba y el ambiente no era muy agradable, y me puse a opositar, hasta hoy casi año y medio después, y hasta que consiga mi plaza.
Contando todo esto tambien quiero que veais, que no es necesario ser una alumna excelente para preparar oposiciones, ya que el que al final el que tiene éxito no es el mejor alumno o alumna sino el más constante, el más insistente y el que nunca se rinde.
Contando todo esto tambien quiero que veais, que no es necesario ser una alumna excelente para preparar oposiciones, ya que el que al final el que tiene éxito no es el mejor alumno o alumna sino el más constante, el más insistente y el que nunca se rinde.
Y con esto lo dejamos por hoy 😊. Espero que os haya gustado. Cualquier duda que tengáis estaré encantada en resolvérosla. Espero vuestros comentarios.
Os recuerdo que tenéis link directo en el apartado del blog "OPOCOMPIS ITSS" a las entrevistas que ido haciendo a distintos #opocompis que luchan cada día por conseguir su plaza en la ITSS.¡Muuuuuuchos besos 💚!
Nos leemos la próxima semana.
Carmen.
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